La ansiedad y ser mamá de dos

Hoy quiero contarles un poco de mi experiencia como mamá de 2. Hoy que Teodoro ya tiene 1 año cumplido, recién HOY puedo tener en mi cabeza un poco de claridad mental. Particularmente a mí, el primer año de ser madre siempre me desestabiliza, y cuando llega el primer cumpleaños relajo un poco.
Teodoro nació un 24 de abril a las 9:04 hs de la mañana, después de un trabajo de parto de 10 hs aprox. Imaginense que después de las 17 hs de trabajo que tuve con Pedro, esto fue Disney. Pero además, ni bien llegué a la clínica, me pusieron la anestesia. Todo lo contrario a mi experiencia en Alemania. Allá no fue hasta que casi no pude aguantar más, y después de 12 hs con contracciones MUY intensas cada 4 minutos, que me pusieron una anestesia que no me dio mucho resultado.
En Chile todo al revés: la matrona me dijo que no quería verme sufrir y que con la anestesia no iba a sentir nada. Y así fue, dilaté, pujé contadas veces y nació Teodoro.

Y con la llegada de ese enanito blanco, también llegó otra maternidad. Yo pensaba que sabía ser mamá de dos, que me iba a arreglar fácil y que en 1 semana iba a estar teniendo "mi vida" de antes. Qué fácil nos olvidamos de lo que es tener un bebé recién nacido en casa! Pasada la emoción de las primeras semanas, empecé a sentirme muy ansiosa. Quería que este bebé que era tan chiquito, creciera rápido, que fuera tan independiente como lo era el mayor. No podía creer que no se durmiera rápido, y además nos agarró el invierno santiaguino, lleno de smog y enfermedades. No podíamos salir a pasear, sentía que me habían arrebatado mi libertad.
Experimenté algo de mi carácter que nunca pensé que tenía, algo que no me gustaba estar pasando. Pedro se puso más demandante que nunca, y yo sentía que nuestra relación exclusiva se había terminado. Ahora él y yo teníamos que aprender a compartirme con otra persona, más indefensa y a la cual había que conocer más en profundidad. A todo esto hay que sumarle el combo letal: Pedro no dormía más siestas de día y Teodoro no dormía de noche. Digamos que no estaba pasando mi mejor momento. Y mi gravísimo error fue pensar que Teo iba a ser igual a Pedro. Grave error. Cada hijo es distinto, cada hijo merece un trato distinto. Y creo que otro grave error fue subestimar el tiempo a solas con Teo para conectarnos. Todos me decían que cuando llegue a casa de la clínica, me dedique a estar con Pedro que me necesitaba más, y que Teo no se iba a dar cuenta de nada. Hoy miro atrás y yo no daría jamás ese consejo, porque tus hijos mayores te conocen y ya tuvieron su tiempo de exclusividad y conexión. Pero el recién llegado necesita conocer a su mamá y su mamá necesita concerlo a él. Bueno, eso me llenó de culpa, esa cosa que las mamás tan bien conocemos. Y creo que la conexión me costó más, porque yo no quería entregar mi "libertad". 

Fueron meses de aprendizaje, de atravesar momentos que no quería estar atravesando, y de sentirme mal por sentirme así. Pero sabés que? Cuando cambió mi forma de pensar, cambió mi forma de vivir. Dejé de pensar en la libertad que estaba perdiendo, y empecé a pensar en lo que estaba ganando: la posibilidad de estar con mis hijos al 100%, de enseñarles todas las cosas, de estar juntos. Como siempre digo, ellos no necesitan mamás que estén todo el tiempo felices y sean perfectas. Ellos necesitan mamás reales, presentes, con cambios de humor, pero con el amor inalterable.


Nunca llegué a tener depresión posparto, pero creo que si llegué a tener niveles nada saludables de ansiedad. Pedí ayuda a mis más cercanos, gente que estuvo presente con sus palabras, con su presencia y con sus actos. 
Hoy siento que volví a ser yo misma. Pero no la misma de hace un año atrás, a ser yo misma: Anto, la mamá de Pedro y Teodoro.

Espero que este post te sirva para saber que si estás pasando por algo así es normal. Las mamás nos preocupamos por todo y el ser madre de 1, 2 o 3 no te libra de sentirte así. Pronto todo se acomoda, no vuelve a su antiguo lugar, si no que encuentra un nuevo orden. Paciencia para el proceso y alegría por sobre todo, estamos haciendo el trabajo más importante de todos: criando hijos sanos con mucho amor. Y en cuestión de amor, mejor que sobre y no que falte.
Gracias por leerme,
Anto





4 comentarios:

  1. Tan cierto lo que contas!!! Por suerte nos quedan sólo los buenos recuerdos y nos olvidamos del caos que implica dar vida.
    Nuestra generación en muy afortunada por contar con estos espacios de catarsis que son sanadores jaja. Besos, hermosa familia ��

    ResponderEliminar
  2. Hola Anto hace poco conozco de tu Blog y de las cosas hermosas que haces... tambien soy diseñadora recibida pero me dedique hasta hace un año a vestuarios teatralas... y siempre como pude ya que tambien soy mama de dos niños mi varón dante de dos y medio y Vera de un año y medio. Te imaginarás cuanto te entiendo y lo que agradezco haberte leído... me ayuda a pensar con claridad cuando tengo esos momentos que me superan. Gracias por compartirte... generas alivio y fuerzas para otras mamas. Sldos sea Argentina, Yamila.

    ResponderEliminar
  3. Hola Anto!! Es tan real lo que escribís, tb soy mama de dos: Luli de tres años y dos meses y Delfi de año y medio!! Delfi nació el 20 de abril cerquita de Teo. El primer año es muy intenso, tb me pasa que a partir del año me siento mas relajada, que algo recupero de mi tiempo. También me pasó que nos mudamos de ciudad, tuvimos re arreglar la casa, son todas cosas hiper estresantes que con dos hijos chiquitos se hacen dificilisimas... Gracias por abrir tu corazón y ser tan sincera! Besos desde Rafaela!

    ResponderEliminar
  4. Qué bonito. Ser mamá implica dar un vuelco a tu vida pero es un proceso precioso. Cuando nace un bebé los niveles de estrés y ansiedad se disparan, pero es una sensación única poder criar a un bebé. Quedarse embarazada es un momento único en la vida y es genial poder ver la parte positiva frente a toda la ansiedad que supone.

    ResponderEliminar

© Actitud y alegría.
Design:Maira Gall.